GANAR


EL RELOJ
                                                            estebanbecker

GANAR

No conozco a nadie que no le guste ganar, y mucho mas en la sociedad en que vivimos.
Formamos parte de un medio competitivo a niveles exagerados. Solo hay cabida para los vencedores, los winners, los ganadores, los triunfadores.
El campeón vende. El campeón impone moda.

Nada que objetar a los triunfadores; enhorabuena. Pero ¡ojo! Que no se nos nuble la perspectiva. Al día siguiente no vale vivir del pasado, solo el aquí y ahora cuenta.
El triunfo tiene un alto grado de efervescencia. Se pasa muy fácilmente de Dios a
villano.

Lo mejor es no perder nunca la compostura y no hacerle caso a esa peligrosa Diosa Victoria. No es que no hay que festejar los triunfos, ni mucho menos, pero hay que saber que son efímeros, perecederos, no duran para siempre.

El resultado interesa, a todos nos gusta ganar y a todos nos joroba perder, pero el tema pasa por el proceso hasta llegar al triunfo. Quizá lo importante es que a pesar del resultado uno pueda quedarse satisfecho con lo realizado. El que se parte el pecho en pos de la victoria, el que da la cara, el que no se guarda nada y al final pierde no se puede quedar tan mal.

En fútbol el ganar te da la posibilidad de vivir una semana mas, ese desgraciadamente es el crédito. No estamos los entrenadores unidos; somos como buitres esperando que el moribundo de el soplido final para ser llamados en auxilio. La mayoría de las veces, estadísticamente comprobado, el socorrista de turno, no salva al ahogado.

Estamos equivocándonos.  Todavía no interpretamos muy bien esto del balompié. Nadie tenemos comprado el derecho a ganar siempre. Nadie firma un documento que diga que no tiene derecho a perder. Los ganadores natos van perdiendo terreno en este juego, y no me refiero solo a los entrenadores que repito mucha culpa tenemos,  hablo del intrusismo de personajes que están contribuyendo al daño de este hermoso deporte que es el fútbol.

 “Ganar no es importante...es lo único” es una frase que bien valdría desenterrar.
Ganar importa, claro que importa, pero más vale el proceso que va del rendimiento al resultado.
Me viene a la memoria un comentario de un joven entrenador que preguntándole por su equipo me dijo:
-Vamos bien, llevamos jugados catorce partidos. Gané diez y perdieron cuatro.


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