HONOR

EL RELOJ:
          TacTic@mente
estebanbecker
HONOR
Había una vez un entrenador de fútbol que cansado de pregonar bajó los brazos y dijo: -¡Ya basta! No se puede ser Quijote y luchar con soldaditos de plomo, eso es, de plomo, pues parece que a algunos les pesan las piernas o el culo o la responsabilidad o no les pesa nada y simplemente así están bien. Muchachos jóvenes, buenos coches, dinero dulce en los bolsillos y en el banco, lindas mozas, escotes exuberantes, nalgas firmes. Todo sin trabajar mucho. Así se vive bien, ¿para qué más?
El otro Quijote no baja los brazos y lejos de renunciar se aplica a mejorar, a tratar de buscar soluciones, a trabajar más. Pero sus discípulos, sus futbolistas: ¿están dispuestos a dar la cara, a partirse el pecho por la causa?
Hubo una época en la que soldados y capitanes, entrenadores y jugadores, galopaban cabales e hidalgos por los campos deportivos buscando quién sabe qué hazañas cumplir para contárselas a sus nietos, o simplemente por el honor.
¿El honor?, Pregunta un futbolista; ¿ de donde sacó usted míster esa palabra? ¿cómo se escribe? ¿qué significa?
Un viejo utillero que seguía la conversación desde una esquina murmuró en voz baja:- Siglo XXI, malo, malo. Y solo acabamos de empezar.

·        Cortitas:
Maturana: decía el Pacho: -“la única diferencia entre el fútbol profesional y el amateur es que la comida que sirven a la mesa en la élite es más sabrosa”.
Ayala: Nos regaló todos los secretos de su demarcación. Un defensa central MAGISTRAL. Dictó cátedra en la asignatura pendiente.  Sabía todo el compendio del SABER COMPETIR.

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